Que la palabra te nombre con la suave
presencia de cada letra que modela tu ser desde
el primer momento cuando escuchaste que ésos serían
los sonidos que acompañarían las noches y los días
de tu vida , que saldrían de otras bocas y más de la tuya
cuando necesitabas arrimarte a vos misma sin apoyo,
sin presencias , sin salvíficos mensajes que nunca
llegaron y , en verdad, nunca esperaste que llegaran
porque muy tempranamente aprendiste a acunarte
en tu soledad y a pesar de todo saber que esas letras
son tu propia piel , tu propia alma , tu propio grito
en el desierto sordo que te rodeaba.
En otro espacio ,en otro tiempo, alguien susurró
tu nombre mirando el vertiginoso estallido de
una blanca magnolia humedecida por la lluvia
de la víspera.
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