Una salvaje procesión de infamados hechiceros
pretende hacernos creer que la cifra no existe, que olvidemos
las grietas de la tierra.
En la terrible confusión de códigos todos acusan
y sin embargo nadie está libre de culpa.
Los maya-quiché crearon una cosmogonía a partir
del animal y sólo llegaron al hombre cuando éste
supo leer su pasado en la fertilidad del maíz.
Nosotros, civilizados,occidentales,confusos y
sobre todo ,grandilocuentes , no aprendemos que
una nueva manada puede arrasar las sales, las savias
y las sangres antes de que hayamos desterrado
nuestros odios.
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