Seguir saliendo hacia la región
más solar de ti misma ,con el ritual
de sembrar en surcos (que son en verdad
caminos con sus huellas y sus escombros) y
dejarse abrazar por los sueños
infinitos que pueblan tus días y no olvidar
cuánto de ti has dejado detrás, en tus orillas
marinas que aúllan en la intemperie
nocturna que también te habita.
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