Nace la tarde
( tu tarde )
en el desollado
cuerpo
que camina a paso lento.
Dibujando otro horizonte
un colibrí y bebe
en la cascada barroca patinada
de olvidos
esa misma pátina que puedes ser vos
sin colibrí
ni agua.
Entonces eliges
deslizarte
por el interior de ese
zumbido
disparada por la intensidad
del leve plumaje
y eres vos y el pájaro
el leve pájaro
picoteando
cuello
labios
nuca
vientre
( el mapa de la antropofagia erótica
circunvalando
la imago mundi de tu inequívoca
historia personal )
zumbando mantras
para conjurar el olvido
como mordisco nocturno
mientras cae la tarde
sobre el mítico río
de tus angustias latinoamericanas.
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